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Image | 1731-London-Walthoe-03-007 |
Illustration No. | 1   |
Illustrator | Charles-Antoine Coypel (copied after) |
Engraver | Gerard van der Gucht |
Lithographer | |
Title Caption | The Entry of Shepherds at Camacho's Wedding |
Title Supplied | |
Part | Part II, Madrid 1615 |
Chapter | Chapter 20 |
Subject |
20.1 Wedding of Camacho |
Illustration Type |
Chapter illustration |
Technique |
Burin engraving |
Color | Black and white |
Volume | III |
Page Number | f.p. 142 |
Image Dimension | 124 x 134 |
Page Dimension | 160 x 160 |
Commentary | Well-accurate composition according to Cervantes' text, but not the setting (more French than Spanish).
Don Quixote observes a dance of shepherdesses in Camacho's wedding. "También le pareció bien otra que entró de doncellas hermosísimas [...]. Guiábalas un venerable viejo y una anciana matrona [...]. Hacíales el són una gaita zamorana" (20:2). Court scene; the stylized dancing shepherdesses and the bagpipes player are very remarkable. Good drawing and engraving. |
Notes | 1 - Same plate from London: Knaplock, 1725; turned copy after Coypel’s illustration engraved by Hortemels (Paris: Surugue, c. 1724).
2 - In 1731 edition, volume III is in tome II; in 1725, there were four tomes. 3 - Placed in chapter 21:2 according to its own reference, but this indication is wrong. This illustration should be in chapter 20:2, previous to "The Entry of Love and Wealth at Camacho's Wedding". 4 - "Esto que parece una pastoral de gran tono, una bergerie cortesana, con empelucada música de Rameau, en un bosquecillo artificioso, pintado por Watteau o Fragonard, no es tal cosa. Esto -¡quién iba a decirlo!- son las Bodas de Camacho. Mirad las pastoras ingenuas, en sus sencillas y rústicas danzas; mirad el traje, el porte y el monumental sombrero de ese pastor de raso y seda, que está a mano izquierda [right in our engraving]; mirad las hombreras, el peinado, el escote y el colosal abanico de esa bondadosa pastora que le acompaña; mirad los almibarados músicos, con su rabel y su zampoña. ¡Ah! Y no dejéis de contemplar, sobre todo, a ese tímido, joven y esbelto Sancho Panza, que parece como ruborizado, a mano derecha [our left], ni al Don Quijote garboso y gallardo, que se yergue a su lado, como un guerrero de guerras galantes, apoyado en el escudo, el brazo diestro arqueado airosamente y cubierto con un manto rozagante, mientras le brota del yelmo una finísima y elegantísima pluma, que parece el chorro aéreo de un surtidor versallesco" (Givanel 117-118). |